jueves, 7 de octubre de 2010

Mis débiles ojos pueden aún en la oscuridad ver, el humo del cigarrillo disipandose sobre mi cabeza. Pero es sólo mi cuerpo el que yace en la suavidad de las sabanas, pues ahora mi mente ausente se encuentra ya, a miles de millones de años luz.

Me encanta desorientarme y desconectarme momentaneamente de ésta caótica realidad, pensar en probabilidades e "imposibles"...já. En ese espacio todo es posible, el pasado y el futuro están al alcanze de mi mano; mis sueños más bizarros y extravagantes son la realidad en la que mi mente habita. Lejos de el hálito gélido de la mortalidad humana, de los errores y aciertos de mis ideas alocadas.
Amo éste pequeño universo de posibilidades insólitas, de lógica e ilógica.

Sólo, quiero desvanecerme en él...

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