domingo, 28 de agosto de 2011

Colores y notas.

Me pierdo entre notas silenciosas,
el suave ulular del viento a mis oidos
notas y sonidos, cadencias como suspiros.

Me envuelven profanos colores de ternura,
fulminante espejismo de imaginación,
colores y sombras, tonos y figuras.

Momentos ajenos, falaces pensamientos,
tácita condena de negados sentimientos
justo estadio de ambigüedad benevolente,
notoria apatia conveniente.

Mi pequeño viaje interestelar,
con la humedad y el frio de la brisa,
con un cigarrillo que poco alumbra,
el danzante viaje del humo insondable
a tal altura, quizá mas cerca que lejos de la Luna.

sábado, 27 de agosto de 2011

Ausente

Que difícil ignorarte amor,
que difícil no ahogarme en tu silencio.
Verte al morir de mis días,
en horas oscuras tras cortinas
de salada agua cristalina, corren
marcando dolorosamente su curso en mi piel.

Tú frialdad abrazada a mi alma,
aferrada a mis suspiros,
curando mi corazón herido,
ahogándome en este delirio.

Notas tristes resonantes en mi mente,
nuestra melodía, tu tristeza y mi melancolía.

Súbito despertar, ya no estás;
eras parte de mis sueños
sólo un truco de mi mente

No estás pero te siento,
no te conozco pero te veo, en sueños.
Mi amor ausente, dichoso será el día en que te encuentre...

viernes, 19 de agosto de 2011

Podría asegurar,
que escucho tus gélidos pasos andar.
Siento temor de verte rondándome,
pero no por tu lúgubre figura

No le temo a tus garras, ni a tu hoz
se que no es a mi a quien vienes veloz,
entre las sombras casi flotante;
te siento cerca ¿pero que haces aquí?
creo que no es el tiempo este,
en que te lleves de mis huestes
quizá a mi combatiente más saliente.

¿Que batalla me aseguras?
¡esto es una locura!
Te digo que te vayas ¡ya!
no eres bienvenida aún,
tan vieja, como nueva amiga
no os requiero tu servicio aún

No tienes que mirarme con recelo
si no es a mi a quien debes obediencia,
que no soy digna de tu misericordia.
Pero te ruego, te ofrezco el alma en deuda
no arranques lo último que me queda.
Otra Luna de tantas Lunas,
pasaron desde aquella Luna.
esa Luna que me vio llorar,
esa luna que me vio prometer
no pensarte ni volverte a querer

al día ya contado, como tantos
cuenta perdida entre altibajos,
confesar debo que dicha promesa
tan rota como hecha
poco mas duró de lo que dura
tu pensamiento en mi alejado por la cordura

sólo se que debo
aunque pienso que no puedo,
que mi indiferencia consuma tu recuerdo
cual viento a la exigua flama agonizante,
adiós a ti, mi herida flagrante.