Lo delimitado de esta abra, recava tan hondo, que no entiendo el porqué.
Siento que el control se discurre aceleradamente entre mis dedos
y me hundo en sueños, aún cuando la arena va cayendo del reloj.

Vivo presa de esta gama abigarrada de realidad y esperanza,
es poco más que faláz abnegar mi posición...
no peco de estulta, pero me resisto a peder
aunque no arriesgar, es ciertamente, aveces peor que perder
y cohibirse a, en algún incierto futuro,
meditar sobre el "hubiera" y el "¿qué sería hoy?"
condenarse en lamentos y preguntas sin respuestas
a soñar que jugamos con el tiempo,
a decaer en el lamentos autodestructivos.

Es probable que lo émulo de la razón,
busque siempre la coartada perfecta
para primar frente a lo afectivo.

Las dicotomías disueltas: cabeza y corazón.
Disoluta en una fija idea, arriesgar..
pero, ¿hasta que punto?.
¿perderlo todo? y luego quedar sin nada,
sólo con la completa convicción de haber hecho lo mejor.

Rodeada.

Acorralada por miles de pensamientos redundantes

Lo superfluo es, por excelencia, un espejismo más de lo impronunciable

El tácito, pero bien conocido tabú de lo real

¿Cómo llegué aquí?

¿Por qué me me encierra esta burbuja fulminante?

Soy presa una vez más de la vacua impertinencia de mis riegos

El desacierto, se ha vuelto por cierto

El traje más reluciente de mi guardarropa

¿Cómo llegar a obtener resultados positivos?

¿A qué trato de llegar?

No, eso no es concluyente

Lo perfecto, es poco más que relativo

Es lo único cierto

"Quiero recuperar el ritmo y no acelerarme con estupidas prisas"
Eso dice Arjona, pero yo...yo no soy realmente diferente.
Trato de mantener el ritmo, ser mesurada y serena.

No, no es nada facil en momentos como ahora sobre todo; estoy en uno de esos estadios en los que mis dos YO predominantes se baten en duelo por la decisión más apropiada.
Esa yo idealizante, soñadora y entregada; me dice "arriesga" y por otro lado mi yo realista que me devuelve de golpe al asfalto.

No entiendo porque me es tan facil quererla así, tengo la sensación de ser una niña enamoradiza otra vez, me vuelvo torpe y no encuentro las palabras precisas para decirle que siento.

Si supiera que tiemblo, que se van en suspiros los minutos, las mariposas que me llegan hasta el pecho...¡Suena todo tan descabellado! el tiempo no me juega en favor, es que no le encuentro explicación lógica a esta sensación.

Estoy indefensa, me arrastran estas olas; y no sé si quiero huir de ellas...

¿Qué fue eso?
¿Qué es ese respiro que acompaña un suspiro?
¿Qué es esta agonía que no me mata? ¿Y por qué no lo hace?
¿Por qué pelean una vez más mis dicotomias?
Soy un lio, lo sé.
Este desbaratado ser, este autómata ya no sabe lo que es...¿O lo sé?.
La negación ha pasado más que a ser parte de mis días, una huella certera tatuada en mi frente, Bah! ...ni de eso estoy segura.
¿De que podría estarlo? sólo de que no puedo asegurar nada, y siento que esta afirmación a mis dias, es poco más un fracaso para mi capacidad de decisión.
Y todo lo que tengo en la mente además de esto, ahora es:
"Te extraño más cuando callas, que cuando estás ausente"

Han sido días de pausadas alegría, por así decirlo. No me quejo, me la he pasado bastante tranquila, aunque con algunos altibajos.

Y releyendo algunas entradas anteriores, me pregunté "¿Por qué no puedo escribir los dias en que todo parece ir bien?, ¿Porqué sólo puedo desahogar las penas?

No encontré respuesta certera, sólo posibilidades, como siempre naturalmente.

He notado, que humano e usual plasmar la melancolía en paginas y la alegría allá afuera, en el mundo. ¿Entonces por qué la carga de pesimismo? No sé...la humanidad es tan compleja con el individue mismo, si no me entiendo yo ¿Como entender a los demás?

Dilemas, dilemas...