martes, 2 de noviembre de 2010

En noches como estas, noches en las que la incertidumbre las dudas y los imposibles me acechan; nada...nada puede dejar que la calidéz vuelva a abrazar mi alma.



Aveces me sorprende la manera en que alguien pueda haber causa efecto semejante en mi, todo lo que sucedió después de aquel día me llevo a un replanteamiento total de mi vida...odio que golpeara de esa manera los cimientos de mi existencia, odio tener que aceptar que fue realmente importante para mi, que la conocí de una forma que siempre creí tonta

Cruel, cruel destino...haz hecho de mi una triste y ridícula sátira de tus paginas. Nisiquiera la más dulce tierna embelezante y atrevida palabra logra arrancarme una sonrrisa que nasca desde lo hondo, que sea pura y totalmente honesta. Ya no quiero esto...hoy, no quiero nada de este mundo, quiero hundirme en lo más profundo del cosmos, quiero fundirme con el espiritu del universo, consumirme en esa fuerta abrazadora y protectora...y así llorar, sentir que nada ha sido en vano.

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