martes, 28 de diciembre de 2010

Lo delimitado de esta abra, recava tan hondo, que no entiendo el porqué.
Siento que el control se discurre aceleradamente entre mis dedos
y me hundo en sueños, aún cuando la arena va cayendo del reloj.

Vivo presa de esta gama abigarrada de realidad y esperanza,
es poco más que faláz abnegar mi posición...
no peco de estulta, pero me resisto a peder
aunque no arriesgar, es ciertamente, aveces peor que perder
y cohibirse a, en algún incierto futuro,
meditar sobre el "hubiera" y el "¿qué sería hoy?"
condenarse en lamentos y preguntas sin respuestas
a soñar que jugamos con el tiempo,
a decaer en el lamentos autodestructivos.

Es probable que lo émulo de la razón,
busque siempre la coartada perfecta
para primar frente a lo afectivo.

Las dicotomías disueltas: cabeza y corazón.
Disoluta en una fija idea, arriesgar..
pero, ¿hasta que punto?.
¿perderlo todo? y luego quedar sin nada,
sólo con la completa convicción de haber hecho lo mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario