jueves, 23 de diciembre de 2010

Rodeada.
Acorralada por miles de pensamientos redundantes
Lo superfluo es, por excelencia, un espejismo más de lo impronunciable
El tácito, pero bien conocido tabú de lo real

¿Cómo llegué aquí?
¿Por qué me me encierra esta burbuja fulminante?
Soy presa una vez más de la vacua impertinencia de mis riegos
El desacierto, se ha vuelto por cierto
El traje más reluciente de mi guardarropa

¿Cómo llegar a obtener resultados positivos?
¿A qué trato de llegar?
No, eso no es concluyente
Lo perfecto, es poco más que relativo
Es lo único cierto

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